La senescencia foliar representa el último estadio en el desarrollo de una hoja, y está caracterizada por dos eventos importantes: degradación del aparato fotosintético y removilización de los nutrientes liberados. En el caso de cereales, durante el período de llenado de los granos, la redistribución de nitrógeno desde lo órganos vegetativos maximiza la eficiencia en el uso de N frente a las deficiencias que ocurren prácticamente en todos los ambientes. La degradación de las proteínas y ácidos nucleicos del cloroplasto libera grandes cantidades de N que contribuyen significativamente a la nutrición de las semillas inmaduras de muchos cultivos. El reciclaje requiere la degradación de las proteínas cloroplásticas a aminoácidos, y esto causa una caída marcada en la capacidad fotosintética del canopeo. Por lo tanto, la senescencia del canopeo puede tener efectos positivos (mejorando la nutrición mineral de los granos en crecimiento) o negativos (reduciendo la fotosíntesis del canopeo) sobre el rendimiento, dependiendo del cultivo, el momento de inicio de la senescencia y la fracción del canopeo considerada (v.g., hojas basales o apicales). La removilización del N foliar requiere la degradación relativamente ordenada de enzimas y de complejos fotosintéticos constituidos por proteínas, pigmentos y cofactores, los que en las especies C3 residen mayoritariamente en los cloroplastos. En las especies C4 el proceso es más complejo, debido a la especialización funcional de las células del mesófilo y de la vaina del haz vascular. En plantas C4 las dos proteínas más abundantes son Rubisco (localizada en los cloroplastos de la vaina del haz vascular) y PEPCase (ubicada en el citosol de las células del mesófilo). Esta línea de trabajo está orientada hacia el estudio de los mecanismos involucrados en la degradación del aparato fotosintético y la removilización del nitrógeno liberado.